Cristóbal González de Cruz de Mirabal.
Conde de Mirabal.
Pepino se fundó en lo que es hoy Mirabales ¿Cómo dices?
Eso es así. El Barrio de Mirabales se cree que se estableció 100 años antes de la fundación del pueblo de San Sebastián.
Pepino y Las Vegas fueron dos asentamientos que fueron claves para la zona urbana del pueblo que se dividió luego en dos: Norzagaray y Urrejola.
Pepino y Las Vegas fueron dos asentamientos que fueron claves para la zona urbana del pueblo que se dividió luego en dos: Norzagaray y Urrejola.
Desde el 20 de enero de 1973, he visto la cotineidad de la vida de mi gente al unísono del amanecer. Me ha a acompañado el sonido del campanario de la Iglesia que por años me indica un nuevo día. Se escucha el cantar de las golondrinas uno que otro pitirre el gorjeo, que emite la bandada de las palomas que anidan en las casas aledañas. A lo lejos el gallo canta. Se escucha el barrendero ahora con su moderna máquina. El sonido de una radio nos indica que no han dejado de existir. Los buenos días de uno que otro vecino. El inconfundible carrito de ruedas Elsie y sus pasos lentos que demuestra femineidad de la tercera edad que no deja fallecer el negocio de lo que un día fue el Pepino. La casita vibra con el paso vehicular anunciando que la gente llegará.
Vivir y desarrollar la existencia caminando en estas calles remontando en mi imaginación a la contineda pepiniana en sus primeros pobladores es sencillamente divino.
En mis viajes a Mirabales. Observar desde la lejanía de ese barrio cómo va surgiendo el pintoresco pueblo. Es un matiz único y esplendoroso. Esa pertenencia se siente en cada fibra de mi ser.
Confieso haberme encontrado allá en lo alto de la casa de Doña. Bisa aquella mujer que vi recorrer nuestras calles. Disfrutar de ese mirador la extensión de territorio de Mirabales hasta Hoyamala y perderme en el firmamento. Mientras la fresca brisa de las Gadiolas inunda de fragancia el entorno. Y fluye las visiones de cómo fueron las vidas.
Sin imaginar que por mi sangre correría la de un Capitán Poblador. Continue con tesón estudiando y compartiendo con primos que surgían en el camino de la investigación. Sin más estuvo ahí Gallardo he imponente como el solo sabría hacerlo. Todo el tiempo en esta aventura amorosa hojeando documentos, comparando unos de otros. Buscando una línea, la otra me llamaba más la atención. Entretenida siempre.
Pero Él espero por mí. Fue majestuoso como me llevo a su mano celestial. Se dio con tal sutileza. Que fue como subir por las escaleras del cielo y vernos en ese único sitio que se permite esa traslación del pasado y el presente.
Pero Él espero por mí. Fue majestuoso como me llevo a su mano celestial. Se dio con tal sutileza. Que fue como subir por las escaleras del cielo y vernos en ese único sitio que se permite esa traslación del pasado y el presente.
El verlo en mi árbol genealógico por espacio de esta aventura amorosa de mis ancestros conmocionó las fibras de mi ser.
Estudiando los apellidos de mí abuela paterna Matilde Guerra Torres continuó con mí bisabuela Juana Torres Vélez 1885- hija legítima de mí Tatarabuelo Manuel de Jesús Torres y González 1850-1912.
Mi cuadriabuelo José Domingo Antonio Torres Fuentes 1792-1893 vivió de 110 años de edad. Casado con María Domasa González Romero 1800-1890.
Mi Quinto abuelo José Julián Torres Y Torres 1762 casado con María Ana Concepción Luciano Fuentes Rodríguez 1777- 1899.
Mí sexto abuela o pentabuela abuela Juana González de la Cruz y Melendez 1761. Casada con Juan de la Rosa Luciano de la Fuentes 1750.
Mí séptimo abuelo Capitán poblador Cristóbal González de la Cruz y Mirabal San Germán 1720- 1820 San Sebastián, casado con Juana Josefa Ortiz de Peña Vélez 1755-1801.
Mí séptimo abuelo Capitán poblador Cristóbal González de la Cruz y Mirabal San Germán 1720- 1820 San Sebastián, casado con Juana Josefa Ortiz de Peña Vélez 1755-1801.
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